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Este blog busca un espacio para hablar de los acontecimientos que rodean a la maternidad y a la paternidad desde todos los puntos de vista. Crear foros de debates vistos desde posicionamientos, que aunque posiblemente contrarios, se orienten hacia modos positivos de diálogos. Compartir saberes. Avanzar en los desencuentros. Replantear nuevos modos y modelos de hacer. Progresar desde la incertidumbre. Hacernos reflexionar, cuestionarnos posturas cerradas. Ver en que puntos coincidimos y trabajar juntos en ese encuentro.

domingo, 18 de diciembre de 2011

LA INDIA: Un viaje al fondo del alma más desconocida. La INDIA: Un viaje al valor del regalo de la vida


Esta son las primeras impresiones que se me ocurrieron a las pocas horas de mi regreso del viaje.
Nunca he sentido tantas contradicciones al mismo tiempo. Nunca pensé que el alma se fuera diluyendo a cada respiración, con cada mirada, con cada paso. Nunca pensé que pudiera sentirme infeliz por ser feliz. Nunca creí que pudiera sentirme tan desgraciada por ser afortunada. Nunca creí que pudiera ver tan de cerca la muerte viendo vivir a las personas.
Viajar a la India ha sido un viaje al fondo del alma. Un viaje sin regreso. Un viaje a lo desconocido más cercano. Un viaje del que nunca sabré como regresar.
Me siento distinta, lejana, triste, vacía. Siento no poder sentir con más profundidad, de ser incapaz de ordenar mis sentimientos. Percibo los olores sin estar presente, no deseo cerrar los ojos porque veo más allá de lo que he visto, no quiero recordar, pero no puedo dejar de querer seguir pensando.

Siempre me gustó conocer otras culturas y sociedades, otras personas, otros espacios. Estudié Antropología para aprender a “mirar” desde muchas perspectivas sin olvidar que pertenezco a un mundo afortunado. Esta disciplina me ha enseñado a ver con profundidad desde lo más cercano. Me ha enseñado a sentir al otro sin olvidar quien soy, pero sobre todo ha exacerbado los sentimientos que estaban escondidos en lo más profundo de mi alma y eso me hace daño…un daño necesario, justo, fundamental para valorar más la vida que ya vivía y la vida que aún me quede por vivir.

Viajar a este país era un sueño impensable y ha sido un regalo que me gustaría compartir. Decir que he conocido la India sería pretencioso. Estar solo algunos días y en algunos lugares no me da derecho a decir que “la conozco”. Sería más coherente decir que he paseado por algunas de sus calles y he visitados algunos monumentos, pero lo que nadie me puede negar, es la posibilidad de expresar lo que he sentido en esos pocos instantes.

Tal vez algunas personas que lean esto ya estuvieron allí y sintieron algo parecido, pero tal vez percibieron cosas que yo no sentí y también me encantaría conocerlas.

Inicié este proyecto de un modo totalmente distinto a otros viajes. Siempre me gusta conocer los itinerarios, leer sobre lo que veré, ver fotos de los lugares previstos…pero en esta ocasión he realizado un viaje a lo desconocido. No miré mapas, no miré historias, no leí ni siquiera los papelitos que la agencia de viaje nos dio.

Cada día cuando me despertaba me abría paso a una incógnita. Es una sensación extraña de explicar, tal vez para quien me lea, una incongruencia. Solo me importaba la hora de iniciar cada recorrido. La idea era no poner atención ni en los nombres de los lugares que pisaba aunque nuestro guía los explicara. Me interesaba lo que decía de los lugares, su perspectiva como ciudadano de ese mundo, pero solo deseaba dejar que el tiempo pasara.

Solo miraba a través de los cristales del autobús o del tren y dejaba que el corazón se empapara de sentimientos. Cuando andaba, solo he dejado que mi retina fuera envolviendo los ojos de quienes estaban cerca para ver desde el fondo, aunque en muchas ocasiones bajaba mis ojos al suelo porque me daba vergüenza de ver tanto sin poder hacer nada…

He dejado que  los olores y los colores de seres desconocidos, pero exageradamente cercanos penetraran en mi cuerpo. Me daba una enorme vergüenza fotografiar a las personas, especialmente a los niñ@s. Sentía que les quitaba toda su dignidad y su privacidad. Solo quería captar con mi cámara la inmensidad de las situaciones, los espacios, la vida frenética de sus existencias…la pobreza, la miseria es imposible de dejarla grabada en pequeños recuadros fotográficos. La vida es imposible percibirse en fotos estáticas. Lo que se ve no es lo que se percibe ni lo que se siente.

Otro espacio de aprendizaje, no despreciable, han sido las muchas horas vividas en el autobús. Me encantaba escuchar a hurtadillas las conversaciones de mis vecinos. Excepto dos personas, que son mis amigos, y que andaban lejos de mi asiento, el resto eran tan desconocidos como los habitantes de las ciudades visitadas.  Es impresionante la enormidad de bobadas que somos capaces de decir los turistas cuando nos sentimos superiores…tengo algunas anécdotas dignas de ser escritas para la reflexión.

Bueno, hasta aquí mis primeras cavilaciones…A partir de ahora iré poniendo en orden las fotos, los lugares, los sentimientos y mis especulaciones de lo que ha sido una experiencia tan especial y tan extraña en mi vida.
Deseo compartirlo con quien quiera leerlo porque creo que nos puede ayudar a valorar mucho más todo lo que tenemos. Lo haré desarrollando un tema concreto, como por ejemplo: la familia,  las mujeres, los hombres, los niñ@s, los paisajes, las bodas, la comida, los monumentos, mis vecinos de viaje…